Estamos a punto de irnos de vacaciones y tomarnos un merecido descanso, pero antes de apagar los micrófonos, os traemos una entrevista increíble con uno de los grandes maestros del terror brasileño: Oscar Nestarez. Escritor, traductor e investigador, Oscar conoce como nadie los recovecos más oscuros del alma humana y los miedos que acechan en las sombras, dispuestos a hacernos estremecer.
Conociendo a Oscar Nestarez
Oscar Nestarez es paulistano y su pasión por la escritura se remonta a su infancia. Siempre sintió fascinación por la literatura de terror, por las historias que insinúan que hay algo más de lo que se ve a simple vista.
Licenciado en publicidad y comunicación social, trabajó mucho tiempo en publicidad, escribiendo campañas, slogans, conceptos, guiones…, aunque acabó abandonando ese mundo para dedicarse a escribir e investigar. De hecho, tiene un máster en Literatura y Crítica Literaria por la Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP) y un doctorado en Estudios Comparados de Literatura de Lengua Portuguesa por la FFLCH-USP.
En cuanto a sus referentes, a los libros y autores que están más cerca de su corazón, el primer puesto lo ocupa sin lugar a dudas Edgar Allan Poe, no sólo porque es una figura esencial de la literatura de terror, sino también por su trabajo como teórico del quehacer literario, ya que – aunque pocos lo sepan – Poe dejó varios ensayos sobre el arte de escribir. Por otro lado, el género debe a Poe el concepto de “horror cósmico”, que arroja a la humanidad, simple polvo de estrellas, a un universo atroz e indiferente. Solo por ello, la obra de Poe ya resulta, a juicio de Oscar, admirable y asombrosa.
Oscar Nestarez también cita a dos autores contemporáneos: Clive Barker, cuya forma de tratar el dolor corporal (es el responsable de la saga Hellraiser, para quien no le conozca) y su imaginación sombría le resultan fascinantes, especialmente en sus narrativas de dark fantasy. Y, por último, la escritora argentina Mariana Enríquez, para Oscar el mayor nombre del terror actual. De hecho, considera su última novela, Nuestra parte de noche, literalmente “una hazaña”.
Una breve historia del terror brasileño
Además de escritor, Oscar Nestarez es un incansable investigador de la literatura brasileña de terror y responsable de la antología Tênebra – Narrativas de horror brasileiras (1839-1899). Por eso, nadie mejor que él para hablarnos sobre el nacimiento del género en Brasil. Según Oscar, los orígenes de la literatura de terror brasileña son un poco difusos. A diferencia de lo que ocurre en otros países, donde hay marcos de referencia, momentos en los que es posible datar el surgimiento o la consolidación de este género, en Brasil la cosa es diferente.
El cuento de Alvares de Azevedo, publicado en 1855, “Noite na taverna” suele considerarse el pistoletazo de salida para el terror brasileño. Durante mucho tiempo, se pensó que era el principio y el fin del género en Brasil: “una estrella solitaria en la constelación del gótico y el terror”, como dice Oscar. Sin embargo, la publicación de Tênebra, fruto de la biblioteca digital del mismo nombre creada por Julio França y el propio Oscar Nestarez, demostró que hay una riquísima variedad de obras que, si no son exactamente de terror, entran dentro del suspense, de las historias de crímenes o del relato fantástico, con una carga gótica muy fuerte.
En la génesis del terror brasileño, Oscar apunta algunas obras de autores conocidos por otras vertientes literarias como Machado de Assis, Cruz e Sousa, Julia Lopes de Almeida… que, aunque famosos por otro tipo de narrativas, también escribieron historias de miedo. Esto demuestra que en existe un terror brasileño aunque, como dice nuestro entrevistado, con un “pelaje” particular.
Oscar Nestarez afirma que es posible percibir ciertos matices comunes en la literatura de terror made in Brazil. Por ejemplo, el espacio rural, ya sea el sertão o la selva, está muy presente en este tipo de historias, sobre todo a finales del siglo XIX y principios del XX. También el riquísimo imaginario popular o las figuras folclóricas, de las que la literatura de terror se apropia para reinterpretarlas. Todo ello, compone un género con algunas características afines, si bien es difícil hablar de una literatura de terror brasileña, entre otras cosas, porque hay muchos países dentro de Brasil… Lo que asusta a alguien de São Paulo, puede ser muy diferente a lo que aterroriza a una persona de Rio Grande do Sul o del interior del gigantesco estado de Pará.
El monstruo que todos llevamos dentro…
Las novelas de Oscar Nestarez, Bile negra (Editora Empíreo, 2017) y Claroscuro (Draco, 2021) comparten un denominador común: el terror psicológico, el miedo a la oscuridad que late, desacompasadamente, en el interior de las personas. Por eso, le preguntamos a nuestro entrevistado si, a su juicio, el mal que acecha dentro de nosotros resulta más terrorífico que cualquier ente sobrenatural. Oscar afirma que sí: que nuestro interior puede resultar más perturbador que lo que acecha ahí fuera. Nos confiesa que él, en realidad, es un escéptico. Nunca ha tenido una experiencia que le haya demostrado la existencia de lo sobrenatural, lo que no quiere decir que se niegue a usar este recurso en sus escritos, o que no adore leer historias que contengan elementos sobrenaturales.
Sin embargo, a la hora de escribir sus historias, para él resulta más cómodo seguir los retorcidos meandros del ser humano, pues le asombra aquello en lo que podemos transformarnos en situaciones límite. De hecho, muchos de sus personajes son personas que, sometidas a presión, acaban cambiando…, generalmente para mal.
La labor del traductor
Además de escritor e investigador, Oscar Nestarez es traductor. Si traducir una obra ya es algo muy complejo, hay géneros, como el terror, especialmente difíciles, pues es necesario mantener la atmósfera creada por el autor original en una lengua completamente distinta. Por eso, le preguntamos a nuestro entrevistado por las dificultades a las que tiene que hacer frente en su labor como traductor y si es posible transmitir al lector las mismas sensaciones que en la lengua original.
Él nos contesta que, al margen de elegir cuidadosamente las palabras, el mayor reto al que se enfrenta es mantener el ritmo. Y es que el terror tiene una cadencia especial, un pulso propio, que hay que respetar a toda costa.
Por otro lado, nos comenta, que a diferencia del francés, el inglés es un idioma condensado, escueto, y transmitir esa economía de palabras en portugués requiere un gran esfuerzo que implica leer y releer la escena una y otra vez. A veces, es preciso tomarse algunas licencias poéticas, siempre de acuerdo con el editor, pero evitando mutilar la obra.
Ya para terminar, preguntamos a Oscar Nestarez por su trabajo más difícil y él nos confiesa que el texto que más quebraderos de cabeza le dio fueron dos cuentos largos de Robert Aickman recogidos en la obra Repique macabro e outras hitórias estranhas, de la editora Seboclepsidra. Aickman es un maestro de las sutilezas, siempre hay algo subyaciendo bajo sus historias, y transmitir esa tensión en la traducción obliga a una lectura, y una re-re-lectura del texto original. Este es el trabajo del que se siente más orgulloso, entre otras cosas porque es la primera traducción al portugués de Robert Aickman que se ha hecho hasta el momento.
Ya para terminar, Oscar nos sorprende diciendo que va a realizar una estancia postdoctoral aquí en España, con el profesor David Roas, uno de los grandes expertos en lo fantástico de nuestro país ¡Así que esperamos poder contar pronto con él en Salamanca!