Entrevista con Jules Ponthieu, Leonam Cunha y Lucas Soares

“Sex, Money and Modern Slavery” es el título del artículo que estos tres investigadores acaban de publicar.

Esta semana conversamos con Jules Ponthieu, Leonam Cunha y Lucas Soares, autores del artículo “Sex, Money and Modern Slavery: Trafficking of Travestis and Trans Women from Brazil to Europe for Sexual Exploitation” (Sexo, dinero y esclavitud contemporánea: trata de travestis y mujeres trans de Brasil a Europa para su explotación sexual), publicado en la revista Ameryka Łacińska, de la Universidad de Varsovia.

Los autores son estudiantes de doctorado e investigadores de la Universidad de Salamanca pertenecientes a diferentes áreas: estudios orientales, de género y derecho del trabajo. Desde esas tres áreas del conocimiento, tratan el tema de la explotación sexual, específicamente, vinculada a la trata de mujeres trans y travestis brasileñas a Europa.

La idea de abordar el tema desde una perspectiva multidisciplinar surgió de una conversación entre Lucas Soares y Leonam Cunha, sobre la posibilidad de unir sus temas de investigación: el trabajo esclavo y las comunidades LGBTs, respectivamente. El recorte del tema en la prostitución femenina, vino, como afirma Leonam Cunha:

Como en el máster y en el doctorado me centré bastante en las luchas trans, decidimos ir por ese camino, hacer ese recorte con mujeres trans, así uniría ese recorte LGBT y un recorte de mujer, un recorte de género en esos dos sentidos. Y, como yo decía, viviendo en Europa, vemos ese problema incluso sin querer. Y nos guste o no, la investigación también tiene esa transversalidad en nuestra vida como tal. Creo que es importante repetir, entender que la figura del investigador, la investigadora, no es una burbuja hermética. Nosotros nos vemos afectados, nos alcanzan los distintos temas y esos temas nos impulsan.

Para Jules Ponthieu la idea de escribir un artículo con personas procedentes de ámbitos académicos diferentes le permitió realizar una lectura multidisciplinar de un tema complejo, pero también ampliar el público lector interesado en la cuestión, porque:

hacer algo demasiado vinculado al Derecho excluirá a una parte de la población que no está interesada en cosas jurídicas (...) o hacer un artículo sólo sobre cosas más sociales o filosóficas, ideológicas (...). Así, el hacer algo más global, creo que permite que el público de nuestro artículo, y nuestras ideas, alcancen mayor publicidad y atraigan a más personas.

Pero, vamos a empezar por el principio ¿De qué datos disponemos relativos a la esclavitud contemporánea? Lucas Soares comienza por el dato más general, publicado en el informe Global Estimates of Modern Slavery: forced labour and forced marriage (2022), divulgado por la Organización Internacional del Trabajo, por la Fundación Walk Free y por la Organización Internacional para las Migraciones, que indica que aproximadamente 50 millones de personas al año son sometidas a trabajo esclavo (aquí entendido como esclavitud en sentido estricto, trabajo forzado, prácticas e instituciones análogas a la esclavitud – como servidumbre por deudas, servidumbre por la tierra – y el trata de personas).

Cuando analizamos esos datos, vemos que las mujeres son las más afectadas. El género, además de la clase, aparece como factor de vulnerabilización para el trabajo esclavo. Cuando analizamos esos datos, el 71% de los esclavizados son mujeres. En el caso de la explotación sexual, casi el 95% de los trabajadores de la industria ilegal del sexo son mujeres, explotadas sexualmente.

Lucas Soares nos ofrece aún otro dato relevante sobre el contexto de la esclavitud de personas en Brasil. Los datos, publicados en  la plataforma SmartLab – Observatório da Erradicação do Trabalho Escravo e do Tráfico de Pessoas, apuntan a la situación inversa:

El 95% de los rescatados [por la Auditoria Fiscal do Trabalho] entre 2003 y 2021 son hombres. Entonces aquí hay un problema, el de una cifra oculta de mujeres que están siendo esclavizadas, porque a nivel mundial tenemos esos datos y nuestro país tiene una población mayoritariamente femenina, y que no está siendo vista por las autoridades y no está siendo rescatada. Ese dato inicial es el dato que movió nuestra curiosidad y nuestra investigación.

Leonam Cunha destaca que la situación de la mujeres trans y travestis es aún más complicada, porque:

hay un vacío enorme en Brasil en relación a la producción de esos datos. Es más: la producción de esos datos es un poco compleja, porque muchas veces esas personas tiene su identidad negada, o no ratificaron los documentos en Brasil, y no son tratadas como mujeres. Entonces no van a entrar en las cifras femeninas. (...) Tenemos un dato general elaborado por la Antra, si no me equivoco, en 2018, que dice que aproximadamente el 90% de las mujeres trans y travestis de Brasil se dedica a la prostitución ¿Qué podemos inferir de esto? Que no están en el mercado trabajo formal. Y cruzando esa perspectiva y viendo el flujo migratorio de mujeres trans y travestis hacia Europa, vemos que hay algo que no encaja.

En la entrevista los autores citan el Informe Nacional sobre Tráfico de Personas, un documento del gobierno federal que trazó un mapa de la trata de 2017 a 2020, en el cual consta el reconocimiento de la existencia de la explotación del trabajo sexual de mujeres cis o trans, pero no hay datos. Y sabemos que sin datos no es posible desarrollar políticas públicas.

Si sabemos poco sobre el colectivo de mujeres trans y travestis, en contrapartida se sabe un poco más sobre la red migratoria. Jules Ponthieu contextualiza el inicio de ese fenómeno migratorio en los años 1970, con la llegada masiva de travestis a Francia, primero, y después a Italia.

Sobre el origen en Brasil (...) lo más interesante que podemos destacar es (...) un origen social, un background común a todas esas personas afectadas, con un pasado familiar muy complicado, en el que no pueden acabar sus estudios, y que las aleja de los estándares educativos, etc., entonces eso podría ser un elemento de respuesta en cuanto a su origen.

Aún sobre el tema de la migración, sobre este “cruzar el Atlántico”, Leonam Cunha considera importante destacar los relatos obtenidos a través de entrevistas a las mujeres trans y travestis que llegaron a Europa procedentes de Brasil, para trabajar en la prostitución,

ellas no se reconocen en ese discurso victimista. Y yo creo que es importante percibir esto porque hace que observemos más la realidad y pensemos más en la construcción de esas identidades y en esa negación de derechos que las lleva a que no vean la explotación sexual como un problema. Ellas lo ven más, al principio, como una oportunidad en la vida. De crecer, de ir a Europa a hacer un dinero, operarse con mejores profesionales, entonces son discursos que se entrecruzan con esas vivencias específicas.

Sin embargo, como afirma Lucas Soares, jurídicamente la esclavitud no termina, incluso cuando hay voluntad y manifestación de consentimiento por parte de la persona esclavizada.

A lo largo de la entrevista, los autores destacan la importancia de políticas públicas que conduzcan a la visibilización del colectivo y, principalmente, a la lucha contra la explotación del trabajo sexual. En ese sentido, afirma Lucas Soares, que el nuevo gobierno de Brasil tiene potencial, pero que aún no ha presentado ninguna acción concreta.

Concretamente, creo que el factor más explícito es el cambio de ministros. Salimos de Damares y pasamos a tener a Silvio de Almeida y Anielle Franco. Incluso, Anielle ya se ha manifestado a favor de retomar algunas políticas públicas para combatir la esclavitud en Brasil, pero en un sentido amplio. Las personas que trabajan en el rescate de trabajadores, que conocen el tema de la esclavitud contemporánea, han visto que es necesario plantear la discusión de género en Brasil. Esa discusión, ya se está manifestando en los rescates de trabajadoras del hogar desde la pandemia a la actualidad.

La entrevista concluye, como el artículo, alertando de la necesidad de desarrollar políticas públicas específicas para este colectivo y que, además, garanticen el acceso a derechos básicos, como educación, vivienda o empleo. Hay un largo camino por delante, pero es el único que llevará al fin de la explotación de personas y del trabajo.

Entrevistados

De izq. a der.: Leonam Cunha, Jules Ponthieu, Elisa Duarte y Lucas Soares.

Jules Ponthieu, científico político. Máster en Ciencia Política por la escuela francesa “Sciences Po” y máster en Estudios de Asia Oriental por la Universidad de Salamanca. Actualmente, es doctorando en la casa y estudia cuestiones relacionadas con el autoritarismo digital en el Sul Global, y se especializa en cuestiones relacionadas a los derechos humanos y los procesos democráticos.

Leonam Cunha, abogado, poeta, profesor y traductor. Licenciado en Direito por la Universidade Federal do Rio Grande do Norte, máster en Estudios de Género por la USAL, y doctor por la casa. Actualmente trabaja con derecho migratorio y es profesor colaborador del Máster en Identidad Sexual y Diversidad LGTBI+ de la USAL.

Lucas Soares, es doctorando en Derecho del Trabajo, aquí en la USAL, y estudia la esclavitud contemporánea. Colaborador en el CEB, licenciado en Derecho y Máster en Derecho público por la Universidade Federal de Alagoas. Es especialista en “Problemas actuales de Derecho del Trabajo y derechos fundamentales” también por la USAL.

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