Brasil con ñ: entrevista a Agustín Díez Castillo

El director del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Valencia nos descubre algunos de los misterios arqueológicos que esconde la selva amazónica.

En esta emisión de Brasil con ñ nos adentramos en la selva amazónica de la mano del profesor Agustín Díez Castillo, uno de los responsables del proyecto arqueológico “Los geoglifos de la Reserva Extractivista (RESEX) Chico Mendes”, financiado por la Fundación Palarq y con la participación del Centro de Arqueología Indígena de la Universidade Federal do Acre (UFAC, Brasil).

Agustín Díez es doctor en Historia por la Universidad de Cantabria (1996). Realizó una estancia de cuatro años en el Departamento de Antropología y en el Archaeological Research Facility de la Universidad de Berkeley (California, EEUU), con una beca de la Fundación Botín. Desde el año 2000, desempeña su actividad investigadora en la Universidad de Valencia, donde es el director del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua.

Pero, ¿qué es un geoglifo?

Los geoglifos son figuras dibujadas con piedras en las laderas de cerros o en planicies. Los más conocidos son los de Nazca (Perú), pero podemos encontrarlos en otras partes del mundo como Estados Unidos, Australia, Inglaterra o Chile. Los descubiertos en la Amazonia son un poco diferentes, en el sentido de que no se trata de dibujos, sino de estructuras monumentales, algunas de más de 100 metros de diámetro.

Estas figuras geométricas excavadas en la tierra empezaron a salir a la luz a finales del siglo pasado, como consecuencia de la deforestación, cuando, según nos cuenta el profesor Díez Castillo, algunos pilotos que sobrevolaban la zona dieron noticias de su localización. En poco tiempo se descubrieron muchos restos a la vez, todos sin contexto arqueológico, por lo que una de las grandes cuestiones que plantean estos geoglifos amazónicos es -precisamente- qué son. La suposición de nuestro entrevistado es que se trata de lugares de hábitat, asentamientos parecidos a otros que se conocen de épocas históricas, con una gran plaza central rodeada de casas, aunque aún no existe una evidencia arqueológica que sostenga esta teoría.

Vista a vuelo de dron del geoglifo descubierto en la colonia de Santa Rosa, en el estado brasileño de Acre. Fuente: National Geographic

Según nos descubre el profesor Díez Castillo, hay restos parecidos en la selva boliviana, en concreto en Madre de Dios, si bien la mayoría se localizan en territorio brasileño, en los estados de Rondônia y Amazonas, pero sobre todo, en el de Acre, por lo que él lo el lo define con un fenómeno fundamentalmente “acreano”.

Salvo los encontrados en la RESEX Chico Mendes, todos los hallazgos están en zonas deforestadas, de manera que los científicos desconocen su autentica magnitud.

El origen del proyecto

Los primeros contactos del profesor Agustín Díez Castillo con los geoglifos amazónicos se remontan a 2013, cuando llegó a la Universidad de Valencia la, por entonces, doctoranda brasileña Ivandra Rampanelli, quien le propuso a nuestro entrevistado este tema de investigación. La Universidad de Helsinki (Finlandia) y algunas universidades brasileñas ya habían hecho algunos trabajos arqueólogos en la región, pero siempre en la zona deforestada. Nuestro entrevistado viajó a Brasil por primera vez en 2017 y entonces, gracias al contacto de un agente forestal de la RESEX Chico Mendes, supo que había más estructuras como aquellas en el interior de la selva virgen.

Tras el parón de la pandemia, volvieron otra vez a la zona en 2022, cuando tuvo lugar la primera campaña de excavación. Durante los trabajos se recuperaron algunos restos cerámicos, con decoraciones impresas similares a las que podemos encontrar en la actualidad entre los pueblos que habitan la zona. Sin embargo, las mayores esperanzas del equipo del profesor Díez se centran en las muestras sedimentarias, cuatro columnas estratigráficas tomadas en dos ubicaciones distintas y que todavía se están analizando. Los datos que se obtengan de ellas podrán arrojar luz sobre el uso dado a las estructuras, además de permitir a los investigadores afinar la cronología de los geoglifos. Hasta ahora, las dataciones existentes, que no llegan a la treintena, los sitúan entre el año 1.000 antes de nuestra era y el 1.200 d. C, concentrándose especialmente entre el 500 antes y el 500 después de la era.

Puesto que los geoglifos tienen distintas formas geométricas, resulta tentador pensar que cada forma corresponde a un periodo histórico concreto. Sin embargo, los datos son insuficientes. Y es que da las dos estructuras que estudiadas en 2022, un rectángulo de 70×80 metros cuadrados y un círculo de 65 metros de diámetro, apenas han excavado 8 metros cuadrados en cada caso.

¿Podríamos estar ante un imperio amazónico?

“Es temprano para extraer conclusiones, pero no para platear hipótesis”, dice Agustín Díez en la entrevista. El hecho de que se repitan los mismos patrones geométricos significa que, por lo menos, hay una imitación. Las enormes zanjas que rodean las estructuras, algunas de hasta cinco metros, con muretes de contención, exige un trabajo organizado y una estructura social compleja.

Otra idea sugerente es que los geoglifos actuasen como un foco de atracción, al que la población del entorno acudiera solo en determinadas épocas del año. O también que se trate de una combinación de ambas cosas, ya que – como nos recuerda el profesor Díez Castillo, lo espiritual y lo material suelen unirse con frecuencia en las poblaciones amazónicas, cuya cosmogonía está íntimamente ligada al lugar en el que viven.

Agustín Díez espera que, con los recursos técnicos de los que disponen actualmente los arqueólogos, se puedan empezar a sacar conclusiones y descubrir una parte importante de la historia de la Amazonia, que no es como a menudo la imaginan los europeos: un bosque vacío e impenetrable. Estas estructuras demuestran que había gente, y si finalmente se trata de hábitats como él supone, estaríamos hablando de poblados en los que podrían vivir más de un centenar de personas. Multiplicando por todos los restos descubiertos (¡y por descubrir!), aunque no hayan coexistido simultáneamente, estamos hablando de una ocupación más que importante.

Agradecemos al profesor Agustín Díez Castillo su amabilidad en atendernos y le deseamos toda la suerte del mundo en sus futuras campañas amazónicas.

Canción del programa

Brasil con ñ es una columna dedicada a divulgar investigaciones sobre Brasil en España dentro del programa Brasil es mucho más que samba, emitido en Radio USAL, todos los martes a las 17:30. Para sugerir un tema o contactar con el equipo del programa, escribe a masquesamba@usal.es

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