Poeta, actriz y slammer, Luiza Romão es una de las voces más importantes de la poesía brasileña contemporánea y autora de la obra Também guardamos pedras aqui (ganadora del Premio Jabuti al Mejor Libro de Poesía y Mejor Libro del Año en 2022), que acaba de lanzar en edición bilingüe Libero Editorial, con el título de También nosotras guardamos piedras. Aprovechamos su presencia en España para hablar con ella de poesía, violencia y feminismo y de cómo las palabras pueden cambiar el mundo.
Conociendo a Luiza Romão: De las batallas de slam al Prêmio Jabuti
Luiza nos habla, en primer lugar, del poetry slam, una competición de poesía escénica creada en Estados Unidos en los años 1980 por Marc Smith, y que tiene tres reglas básicas: los textos deben ser propios y tener como máximo tres minutos duración y no se puede utilizar instrumentos musicales u objetos, con la salvedad de un micrófono.
Luiza venía de un contexto más teatral -no en vano se había graduado en artes escénicas-, pero en 2013 se topó con el slam y “fue amor a primera vista”. Se enamoró de la urgencia de los temas que se discutían en esas batallas, en las que no podía separarse lo que se decía de la forma en la que se decía, y empezó a componer poemas y a participar de las batallas, llegando a ser sub campeona de Brasil en 2014.
Poco después, autopublicó su primer libro Coctel Motolove, al que siguió Sangria, en 2017, un poemario más sólido, en el que en 28 poemas intenta releer la historia brasileña y de América Latina, en clave feminista. Cada poema va acompañado de una fotografía en blanco y negro, de partes de su propio cuerpo, cosidas con hilo rojo y materiales metálicos, como metáfora de la colonización como acto de violación. En 2021 publicó Também guardamos piedras aquí, publicado ahora en versión bilingüe por Libero con el título de También nosotras guardamos piedras.
[Con “aquí”] hago referencia a Latinoamérica y al publicar en España me interesaba pensar cómo traducir eso, [y lo hice] como “nosotras” en este caso y no “aquí”, o sea, cambié este “aquí”, esta referencia de lugar (…) para repensar esa dimensión de una poesía situada, o sea, una poesía que tiene cuerpo, una poesía que habla de su territorio específico.
Luiza Romão
En cuanto a sus referentes literarios, Luiza destaca como su principal fuente de inspiración a los poetas y poetisas de slam, así como a diversos autores que han investigado la oralidad de la poesía entre ellos Arnaldo Antunes o Tom Zé. Por su puesto no podían faltar tampoco clásicos como João Cabral de Melo Neto, Carlos Drummond de Andrade o, la reciente ganadora del Premio Camões, Adélia Prado.
Desmenuzando el proceso creativo
En la entrevista, Luiza Romão nos dice que su proceso creativo está muy vinculado al espanto y al intento de comprender la violencia, que es algo muy presente en todos sus libros.
Ello se debe en gran medida a sus comienzos como poeta slam, pues en este género los poemas presentan un fuerte vínculo temporal con el momento en el que se producen, son respuestas a hechos concretos. Por ejemplo, Sangria, lo escribió después de conocer la noticia de una violación colectiva, que tuvo mucha repercusión. En este sentido, Luiza Romão dice que la poesía
Es un intento de combatir [la violencia sexual] obviamente, y de abordar ese tema de una manera que no sea una revictimización de las mujeres.
Luiza Romão
Lo mismo hace en Nadine, una narración policiaca en la que una chica muerta investiga su propio asesinato.
Me interesaba pensar como representar la violencia sin que su representación sea una segunda violencia, porque este proceso de revictimización es (…) igualmente violento. [Parto] de la sensación de que la violencia necesita de palabras para poder soportarla.
Luiza Romão
También nosotras guardamos piedras
Como comentamos al principio, Luiza Romão acaba de publicar el libro También nosotras guardamos piedras, con Libero Editorial, un poemario que como ella misma nos cuenta, pretende releer La Ilíada desde una perspectiva feminista y decolonial.
La idea surgió cuando leyó por primera vez La Ilíada, entre 2016 y 2017, mientras recorría Latinoamérica como mochilera. Se dirigía a visitar La Higuera, la provincia boliviana donde fue asesinado el Ché Gevara, y como tenía un largo viaje en autobús por delante, decidió amenizarlo con un libro. El escogido fue la inmortal obra de Homero y, nada más empezar a ojearlo se quedó estupefacta.
Recuerdo la sensación de horror leyendo el libro (…) Yo esperaba algo más [parecido] a "La Odisea", bueno algo con dioses, historias anecdóticas, y no. Lo que encuentro es la narración de una masacre. Son muchas las escenas de asesinato, las descripciones de muerte, las escenas en las que la intención es hacer que el otro sufra (…) Recuerdo pensar ¿En serio? ¿Occidente va a elegir esta narración como piedra fundamental de toda esta tradición literaria, de lo que hasta hoy se considera canon?
Luiza Romão
Luiza pensó que la imposición de un canon, que cerraba puertas a otras influencias africanas o americanas, por ejemplo, formaba parte también del proyecto colonial y se cuestionó por qué ciertas literaturas ocupan un lugar privilegiado, son elegidas por el poder para representar “lo tradicional”. También nosotras guardamos piedras repiensa esa tradición y las bases que la sustentan.
Cada poema del libro se dedica a un personaje de La Ilíada y ofrece diferentes géneros textuales: hay poemas que son como documentos, otros que parecen censurados…, la dimensión perfomativa acompaña todo el tiempo a la escritura.
Para entenderlo, hay que tener en cuenta que el libro es en sí una auténtica performance. De hecho, su publicación original, en Brasil, iba acompañada de un vídeo poemario, una especie de cortometraje basado en los poemas del libro.
Posteriormente, Também guardamos pedras aqui se publicó en formato audiolibro, y la palabra acabó ganando dimensión vocálica, al recibir ritmo, entonación, etc. El último paso fue la performance, tanto en su versión simple, en la que Luiza comparte escenario con una DJ que pone bases musicales, como en formato teatral completo, con proyecciones, luz, vestuario… Libro y performance se retroalimentan.